Conciertos Palacio de la Ópera

Fotografías: María Simón Cundíns
Texto: Ángela Barreiros Platas

Lo sucedido la noche del 18 de noviembre del 2022, en el Palacio de la Ópera de A Coruña, será difícil de olvidar para las 1700 personas que asistieron al concierto del carismático músico coruñés Xoel López, quien quiso conmemorar a través de un único concierto, el décimo cumpleaños de su disco Atlántico.

Con una extraordinaria puntualidad, a las 21:33 h, el cantante sale al escenario y es recibido con un gran aplauso y el público en pie. En el momento que comienza a sonar El hombre de ninguna parte, en el ambiente se crea una energía que nos hace prever un emotivo concierto, que tanto se mecería este disco.

Respetando el orden de canciones del propio disco, tal y como indica el cantante, las composiciones se concatenan en el escenario, al tiempo que Xoel nos recuerda que, a pesar de haber dado el salto a su carrera en solitario con este trabajo, siendo un punto de inflexión en su vida, Deluxe también sigue ahí, que para él nunca será pasado.

Suenan la gran montaña, Por el viejo barrio, Caballero, canciones que viven en nuestra memoria y que Xoel confiesa, hace mucho tiempo que no las canta, impregnando el auditorio de una nostalgia palpable que no deja al público indiferente.

Llega la hora de Buenos Aires, canción compuesta en un principio por dos estrofas que comenzó a escribir cuando vivía en la ciudad que da título a la canción, alargándola cada vez más hasta llegar a componer una canción realmente larga, por ello bromeando, aconseja al público que se acomoden en sus asientos para escucharla.

Gracias a De piedras y arena mojada, Xoel nos hace recordar aquel poema de Antonio Machado que todos los que hemos cursado EGB, recitamos alguna vez con halo melancólico…” una tarde lluvia tras cristales”. Ese recuerdo infantil que mira a la playa, como sucede con Atlántico, hace corear al público cada vez más entregado, el estribillo:

Y luchábamos con gigantes de acero
Y volábamos sobre unicornios de fuego
Pero no, tú ya no recuerdas nada
Y yo no creo en los fantasmas

Los recuerdos y el homenaje continúan con Boca de volcán y Postal de Nueva York, donde Juan de Dios acompaña a Xoel con su guitarra, para después dar paso a Tierra que levanta al patio de butacas de nuevo, convirtiéndose en aquella canción que tantas veces el artista anheló, en esa canción en la que , que como tantas  otra veces,  se depositan las esperanzas de que adquirirá una gran dimensión, pero esta vez fue real, esta vez fue diferente, Tierra es un himno, y Xoel lo celebra con nosotros como lo celebró al pie de la Torre de Hércules hace diez años, bridando de nuevo con licor café.

Tras la magia de Tierra, Xoel agradece nuestra presencia y lo que parece una despedida por todo lo alto con El asaltante de canciones, acompañado en todo momento por el público, con ovación incluida coreando su nombre para que vuelva a salir, simplemente se convierte en un pequeño descanso tras el cual, el concierto da un giro inesperado saliéndose de la trayectoria marcada, para cantar ahora Quemas, perteneciente a su banda Deluxe, y a continuación bromeando sobre lo que hoy en día se conoce como intrusismo o apropiación cultural, Xoel nos sorprende versionando el tema Dolerme de Rosalía, y haciendo alusión a un titular de prensa muy comentado hace unos diez u once años,  que afirmaba que a Xoel López le encantaba Juan Luis Guerra,  provocando cierta mofa en aquel momento, hoy en el Palacio de la Ópera con la gran canción Ojalá que llueva café en el campo, Xoel y su público fiel, brindamos porque los tiempos hayan cambiado, por la libertad y la justicia.

Llega el momento de poner el broche de oro final a este concierto homenaje, con los grandes éxitos Lodo y Tigre de Bengala.

Cerrando de esta forma un concierto nostálgico y emotivo, que nos traslada al pasado, pero al mismo tiempo nos llena de vida.

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