Crónicas conciertos Coruña

El carismático pianista James Rhodes cerró por todo lo alto, la noche del 23 de octubre, la segunda edición de directos del Ciclo de Conciertos en el Muelle de Batería de A Coruña.

Bajo la impresionante carpa transparente, donde por momentos el público podía oír como la lluvia golpeaba la estructura, Rhodes cautivó al público presentando por primera vez en Galicia su gira Piano Tour, centrada en Fréderic Chopin o “el puto amo”, como él mismo lo llama.

El pianista, a través de una selección de obras de Chopin, nos invita a conocer desde el humor y una mirada renovadora, detalles sobre cada una de las piezas, contextualizando los motivos que lo han llevado a elegir dicha partitura.

Tras los primeros aplausos al finalizar el ‘Nocturno nº20’, Rhodes se atreve con el gallego, “moitas grazas, que xente tan fermosa”. Rhodes se muestra muy sorprendido ante el pelicular lugar que han elegido para su actuación, e ironiza sobre ello diciendo que en Galicia no podría ser de otro modo.

El artista recuerda que Chopin, ha sido una gran y positiva influencia en su vida, desde que tenía 8 años, y que, a pesar de ser un narcisista, este concierto se lo dedica a él, “cuando pienso en piano pienso en Chopin”, afirma Rhodes.

Antes de meterse de lleno en el ‘Improntu nº 2’, Rhodes contextualiza esta pieza detallando que muy pocas veces es tocada, ya que a pesar de ser muy breve (unos 6 o 7 min) lo tiene todo, pero es también una tortura para los dedos. El artista cautiva de nuevo al público con esta composición romántica, que al mismo tiempo incluye una marcha militar dejando entrever la morriña de su autor por su país natal, Polonia.

En tercer lugar, mientras el viento sopla fuertemente fuera de la cúpula, el público pudo escuchar  ‘Scherzo nº 3, Op. 39’, “una composición muy chunga, una de las piezas más violentas de Chopin que conozco, explicaba el intérprete al público coruñés.
Y, como antesala del final, Rhodes apostó por la Tercera Sonata nº55, con una duración de 32 min, “más larga que un episodio de Paquita Salas”, bromeaba, compuesta por cuatro movimientos que finalizan con una bella carta de amor con la cual cautivó al público que agradeció al pianista su actuación con una larga ronda de aplausos.

Como broche, el artista deleita al público con un bis final saliéndose de la carretera marcada con una pieza fuera del repertorio, con el que quiso mostrar su amor al público coruñés. El público rompió a aplaudir de nuevo ante la brillante actuación del pianista.

Fotografías: María Simón Cundins
Redacción: Ángela Barreiro Platas