Lo vivido la noche del viernes en el Coliseum de A Coruña puede calificarse de algo mágico e histórico, un escalón más en la carrera de Vetusta Morla con el que llegan ya al cielo de los más grandes. No importa que sean españoles, británico o alemanes, Vetusta Morla son en la actualidad uno de los mejores grupos a nivel internacional, demostrándolo cada vez que se suben a las tablas y hacen algo inolvidable como lo de esta noche.
Vetusta Morla comenzaban su nueva gira «Canciones dentro de canciones», titulada al igual que el disco que publicarán en marzo en el que le dan un giro de 180 grados a los temas de su anterior disco. Y para iniciar esta gira eligieron la ciudad de A Coruña, llenando ni más ni menos que dos Coliseum, algo al alcance de muy pocos artistas en la actualidad.
Un lleno absoluto esperaba la aparición de Pucho, Guille, David, Álvaro, Jorge y Juan Manuel que, con quince minutos de retraso hacían aparición en el escenario con el tema «Mismo sitio, distinto lugar». Ya antes del concierto una voz en off anunciaba que el concierto sería especial y rogaba al público no levantarse de sus asientos. Y es que el escenario ya presagiaba un formato de concierto nuevo, con la banda encerrada entre una especie de cortinas de pequeños tubos transparentes, con la que jugaban los ayudantes a hacer formas junto con el espectacular juego de luces y rayos láser.
«Rey sol», «Fuego» y «El discurso del rey» fueron los siguientes temas en sonar, saliendo por vez primera Pucho de detrás de su ‘escondite’ para dedicar unas palabras al público y anunciando que esta noche se podrá ver magia sin trucos. «Maldita Dulzura» sonó en este momento, con nuevos arreglos al igual que el resto de canciones. Y es que cuando el esqueleto de una canción es bueno, la vistas como la vistas va a quedar espectacular, y eso es lo que tienen las canciones de Vetusta Morla.
Siguieron sonando temas del último disco como «Guerra civil» o una coreada «23 de junio», excelentemente interpretada junto a dos bailarines que seguían los pasos de Pucho. «Boca en la tierra» sigue resistiendo su épica a pesar de quitarle el poso rockero en esta nueva versión. Hay que hacer mención al espectacular sonido que tenía la banda, junto con un moderno juego de luces que transformaba el escenario de diferente manera según el tema.
Para «Baldosas amarillas» Pucho entrenó al público a los coros para que los ayudaran durante la interpretación del tema, mientras seguían sonando grandes temas como «Copenhague», «Consejo de sabios», «La Marea» con un espectáculo de humo y luces impresionante. Después de «Te lo digo a tí», con Pucho con peluca rubia, llegó «Mapas» en la que fue imposible bajarle intensidad al estribillo haciendo que parte del público se levantara por primera vez de sus asientos para dejarse llevar por la canción.
En este momento se retiran del escenario, entrando al rato Guille Galván con su guitarra acústica junto a Pucho para interpretar una íntima y preciosa versión de «Profetas de la mañana». Entra ya toda la banda al completo para continuar con «Deséame suerte» y «Valiente», que comenzó más desnuda pero que terminó como su versión original y con el público cantando a viva voz. «Punto sin retorno» sirvió para cerrar este inolvidable concierto que quedará grabado en nuestras retinas por mucho tiempo.