Rulo en Santiago

La carrera de Rulo guarda cierta similitud con la de Fito. Ambos abandonaron sus grupos de rock duro para embarcarse en una aventura en solitario de “cantautor rockero” que les abrió las puertas a un público más amplio pero también sufrieron los desprecios de los talibanes del rock. Pero a Rulo eso no le importa, el sigue ‘tranqui por su camino‘ haciendo lo que más le gusta, música con el corazón en la mano.

 

Rulo y la Contrabanda llegaban a la sala Capitol De Santiago para presentar su nuevo disco “Basado en hechos reales”. Era el quinto concierto de la gira, ya que tuvo la valentía de presentarlo en Madrid con tres noches de lleno absoluto en la sala La Riviera.
Con la formación habitual de los últimos años, salvo la incorporación de la bajista argentina Laura Gómez y el paso del anterior bajista Enrique a los teclados, saltaban a escena con el nuevo tema «Todavía» recibidos con una calurosa ovación de la sala que colgó el cartel de “Sold Out”.

 

Con megáfono en mano Rulo cantó las primeras estrofas del que fue primer single del nuevo disco “Verano del 95” tras el que pasaron a “Me gusta” de su anterior trabajo. “Mi Cenicienta” puso al público a 100 con Karlos Aranzegui enorme a la batería como siempre. ‘Vamos ahora con un tema especial para mi’ y arrancaron los primeros acordes de “Noviembre” uno de sus grandes baladas que caló entre todo el público tocando la vena sensible de los allí presentes.

 

En este momento contó la dura historia que esconde la canción “Mal de altura”, un maldito cáncer que le fue detectado a su madre, aunque en una fase temprana pero que a él le afectó mucho, ‘esto es algo que no le deseó ni a mi peor enemigo’ dijo Rulo comenzando con el tema. Siguió el concierto con “Bienes y males”, con inclusión en medio del estribillo del clásico «Rockin’ in the free world», continuando con “Tu alambre”.

 

Antes era más cortado, pero ahora voy siempre de cara, soy un romántico de mierda y me apetece cantar este tema del nuevo disco’ comentó antes de entonar la romántica «Polaroid». Rulo se sentó al piano que pusieron en el escenario para interpretar más temas del nuevo disco. El concierto estaba siendo un tobogán de sensaciones, necesitabas un par de temas rockeros para rescatarte del pozo en el que te hundían sus medios tiempos rompecorazones.

 

Siguiendo sentado al piano tocaba el turno para ese tema que habla de las heridas que nos deja la vida, algunas más dolorosas que otras, pero que siempre dejan una cicatriz, las putas “Heridas del rock and roll”. Ahora dejó a su mano derecha Fito, con el que lleva 23 años juntos desde la época de La Fuga, interpretando el tema «Objetos perdidos». Volvió Rulo al escenario para cantar un tema que cuando compuso pensó que no iba a gustar nada ‘pero vosotros quisisteis que siga aquí‘ refiriéndose a «La Flor» tras la cual repartió flores a varias personas del público. Recordó a La Fuga con «P’aquí p’allá» y la primera canción que compuso y que todavía le duele su letra, «Por verte sonreir».

 

Siguen con dos temas nuevos, en este caso «Como la luna» mientras que «The End» sirve como despedida. Pero al poco regresa Rulo en solitario con su acústica diciendo que ‘en este momento hago lo que quiero y decido la canción que toco, y en esta ocasión para que nunca máis se repita esta es la canción’, entonando la canción «Nunca máis» en un perfecto gallego, tras la que rompió a llorar con el emocionante ambiente creado.

 

Repuesto de nuevo Rulo, contó la historia del siguiente tema, «El blues de los sueños rotos», dedicado a una época bastante ‘salvaje’ de su vida nocturna. Después de estos llegó la locura con «La cabecita loca».Nos vamos pero volveremos!‘ gritó Rulo mientras comenzaban con la coreada «32 escaleras». Felicitaron al gran guitarrista «Pati» por su cumpleaños cantándole el cumpleaños feliz y mientras los miembros de la banda se sentaban sobre el escenario Rulo interpretaba «La última bala» casi a oscuras alumbrado por las luces de los móviles del público, cogiendo a mitad de la canción los músicos sus instrumentos para acabar el tema todos juntos delante del escenario.

 

De esta forma finalizaba el concierto de Rulo y La Contrabanda, sonando de maravilla las nuevas canciones a pesar de no tener mucho rodaje y con las antiguas rememorando a un chico de barrio que el éxito y las luces de los conciertos no lo cambiaron para nada y sigue siendo un gran músico y mejor persona.